lunes, 8 de septiembre de 2008

Sexo

Nadie nos ha enseñado amar, y es muy poco probable que alguien nos pueda indicar el camino indicado para lograr la combinación perfecta del amor.

Entre este camino del amor con espina, hay silencios ocupados solo con dos cuerpos que se juntan para experimentar el mayor de los éxtasis, con manos encendidas por la pasión que recorren el cuerpo del compañero de sabanas y que entregan o desean placer, amor y ternura.

El sexo es vivido en dos aspectos distintos para el hombre y la mujer, tienen dos formas de entrega distintas y se conjugan con aspectos totalmente contradictorios, quisiera abordarlos sin caer en el resentimiento del feminismo, ni en la Utopía de “hacer el amor”… quisiera plantear el acto sexual, como lo que realmente es y lo que realmente ocurre cuando dos personas firman un contrato de amor dentro de un cama .

Dentro de esta nueva praxis del amor, de esta nueva generación que ve el sexo como algo cotidiano, como lavarse los dientes después de cada comida, como ponerse zapatos para salir de la casa… es que vemos la desvirtualización del sexo de tal modo que este acto intimo y sublime no ha pasado mas que ha posicionarse en un tímido y lejano momento de “Contacto” físico que existe por parte de la mujer el toque de su sexo y por parte del hombre una simple penetración.

No podemos plantear el sexo como una realidad normal dentro de la sociedad, si vemos cada vez más utópico la virginidad, convivimos con una masturbación del 99% de hombre y mujeres, con un 77% de hombres con eyaculación precoz, con mujeres insatisfechas, y con un grado de infidelidad en hombres y mujeres que son casi exorbitantes…. Es entonces donde nos cabe preguntarnos ¿Qué es el sexo?.

El sexo debería ser la forma de contacto con Dios, debería ser el regalo que Él nos ha dejado para entregarlo al amor de nuestra vida, a la persona que es capaz de cambiar nuestra realidad por una mejor, para entregárselo aquella persona que no ve tu cuerpo como una respuesta a los siete minutos de erección que pueda tener, ni al que quiera poner sus manos en los tesoros de tu cuerpo.

El sexo, o mas bien el sexo de cada uno debería estar condicionado a una sola alma, a un solo dueño, debería despertar alertas a una determinada persona, a un único ser humano… ya que todos, absolutamente todos los demás solo quedan como pasajes de viejos recuerdos, como huellas casi imperceptibles, y con acontecimientos que muchas veces son hasta lastimosas
La mujer busca en el sexo el cariño que quiere sentir, los te amo que no ha escuchado, la entrega que no ha sentido, somos muy poco racionales por lo tanto dentro de estos minutos mas que penetración buscamos contacto con nuestra alma y son su alma, éxtasis en besos, en miradas, en detalles, solo vean la siguiente cifra… el 90% de las mujeres no logran un orgasmo por penetración.

Para el hombre… benditos hombre!!... las cosas se les torna mas sencillas, su sexo, su pene no esta vinculado con su cerebro, aún es mas ni siquiera esta ligado con sus sentimientos, es por esto que pueden encontrar placer y sentir un orgasmo, tanto con su mano, con la prostituta de la esquina, o con la mujer de sus sueños, la vida se les sitúa mas fácil y menos compleja, puede reaccionar con fotos, con objetos, con siluetas, las mujeres en cambio, reaccionamos solo por el oído, y posteriormente con caricias.

No podemos hablar de una sociedad que ha encontrado el significado del sexo, si encontramos libros con más de 300 posiciones para encontrar “placer”, o con una industria de pornografías que se sitúa en el segundo mercado mas grande del mundo, no podemos hablar de un sexo normal dentro del ser humano, si vemos una enorme dicotomía en las propaganda donde la insinuación del sexo y lo erótico lo encontramos hasta para vendernos un reloj, pero se contrapone en un gastado y aburrido sexo dentro del matrimonio después de los siete años de convivencia.

¿Por qué hemos enterrado el sexo? ¿Por qué lo hemos secularizado de tal forma que hoy es solo un recuento de segundos?...

El sexo nos ha dominado y se ha transformado en una guerra implacable para hombres y mujeres, que nos ha absorbido y que ese placer de minutos ha arruinado a más de un niña de catorce o quince años…

Después de conocer y escuchar distintas experiencias, de escuchar de relaciones sexuales, pero de la duda de un embarazo y un “arruinar mi vida”… , me he percatado que la gran mayoría del ser humano aún sigue siendo virgen, hombres y mujeres no han encontrados esas manos frágiles que sin palabras han sabido tocar en el momento indicado en el rincón justo del alma, pueden que tengan sexo y que lo sigan teniendo por mucho tiempo mas, pero si no han sido capaces de experimentar el amor, y por sobre todo el amor de Dios, es seguro que aun son vírgenes del alma.

Invito a las mujeres a santificar su cuerpo, a detener la entrega de su sexo por amor, porque eso se llama prostitución, aquellas mujeres que dejan penetrarse y lo único que hacen es moverse de arriba hacia abajo por un par de minutos, solo con la esperanza de escuchar un te amo, o de retener a un hombre a su lado déjenme decirle que no son mas que prostitutas que entregan placer a cambio de amor

Dejen esa entrega a un hombre que sea el fiel compañero de su vida, aquel que es capaz de verte como la niña de sus ojos, ya que aquel que no es capaz de retener su instinto ahora, menos lo hará después de casado

A todas esas mujeres les recuerdo que aun son vírgenes… vírgenes del alma…

A los hombre, quisiera llamarlos a dignificar a la mujer, a darle ese amor que buscan que piden a gritos, que incluso hace que sean capaces de abrir sus piernas para que ustedes entren a su alma, no quiero encajonar a todos dentro de una mis celda, pero quisiera proponerles, el placer de las miradas, de las caricias, la penetración de las almas, el orgasmo de los te amos, el sexo, ese bendito acto, déjenlo relegado para la madre de sus hijos, aprendan a perder la virginidad se sus almas con aquella mujer que es el aire que respiran, que es el sueño de Dios para ustedes.

Aprendan a quitar la virginidad de las mujeres, respetándolas y acariciándolas, ilustren su sexo como la culminación y el comienzo de una nueva vida, de un nuevo futuro junto a una sola mujer.

“Todos sabemos amar, pues hemos nacido con ese don… Algunas personas lo practican naturalmente bien, pero la mayoría tiene que reaprender, recordar cómo se ama, y todos, sin excepción, tenemos que quemarnos en la hoguera de nuestras emociones pasadas, revivir algunas alegrías y dolores, caídas y recuperaciones, hasta conseguir ver el hilo conductor que hay detrás de cada nuevo encuentro; sí, hay un hilo…

Y entonces, los cuerpos aprenden a hablar el lenguaje del alma, eso se llama sexo… eso es lo que puedo darle al hombre que me ha devuelto el alma, aunque él desconozca totalmente su importancia en mi vida”…

El sexo no puede ser practicado a cualquier hora. Hay un reloj escondido en cada uno de nosotros, y para hacer el amor las manecillas de ambas personas tienen que marcar la misma hora al mismo tiempo… Eso no sucede todos los días…. Aquel que ama no depende del acto sexual para sentirse bien… Dos personas que están juntas, y que se quieren, tienen que sincronizar sus manecillas, con paciencia y perseverancia en la búsqueda de Dios… hasta entender que hacer el amor es mucho más que un encuentro… es un “abrazo” de las partes genitales.

No hay comentarios: