viernes, 8 de mayo de 2009

Mi Esperanza



Si tú dispusieres tu corazón,

Y extendieres a él tus manos;

Si alguna iniquidad hubiere en tu mano, y la echares de ti,

Y no consintieres que more en tu casa la injusticia,

Entonces levantarás tu rostro limpio de mancha,

Y serás fuerte, y nada temerás;

Y olvidarás tu miseria,

O te acordarás de ella como de aguas que pasaron.

La vida te será más clara que el mediodía;

Aunque oscureciere, será como la mañana.

Tendrás confianza, porque hay esperanza;

Mirarás alrededor, y dormirás seguro.

Te acostarás, y no habrá quien te espante;

Y muchos suplicarán tu favor.

Pero los ojos de los malos se consumirán,

Y no tendrán refugio;

Y su esperanza será dar su último suspiro.