domingo, 11 de octubre de 2009

23

Quedan exactamente nueve minutos para que se terminen mis primeras veinticuatro horas de ser una mujer con veintitrés años y la sensación que recorre ahora mi cuerpo es de nerviosismo, se que este momento llegaría… la hora de volver a escribir, de poder reflexionar acerca de estos últimos meses, adentrarme de una forma mas sincera y mas serena, tomar un hoja de papel y simplemente esperar a que mi mente reaccione y mi corazón hable

El 9 de octubre a las 6:40 de la mañana desperté con una hermosa serenata… las famosas mañanitas sonaban en mis oídos y como todo cuento de hada, yo asomada de mi balcón escuchaba como las bellas y lindas melodías me recordaba que por una extraña razón había que celebrar el agotamiento del cuerpo un año mas y el apagón de miles de neuras que algunos llaman madurez… abrazos, besos, buenos deseos y un sin fines de cosas mas… como siempre, como todo los años, como será eternamente… (Solo que este año hubo serenata, lo que toda mujer añoraría).

Pero en realidad y para ser franca desde mis veintiún años que las cosas han cambiado drásticamente, días antes me esmeraba en recordar las posibles personas que me saludarían, los nombres de ojos que se toparían con los míos y de una forma amigable y cariñosa me desearían felicidades y bendiciones, como siempre ante esta tentativa mi número se reducía considerablemente a solo dos o tres personas que con suerte ingresarían a facebook y un computador les recordaría que una “amiga” cumplía un año más… ante la duda de los cuestionamientos esa cifra creció, alrededor de 25 personas se dieron el animo y el tiempo de desear, querer y decir feliz cumpleaños. Pero de aquellos 25 hay uno que siempre recuerdo y espero con ansias… los abrazos y besos de mi hermana Ángela son un verdadero regalo… porque se que el 9 de octubre para ella es una fecha especial igual que el cinco de noviembre para mi, hay algo de ella que a mi me fascina y hay algo en nosotras que nos ha mantenido pegadas la una a la otra y que de seguro será eterno.

No sabría decir si siempre ha sido así o es que simplemente he tenido que suplir el amor y el cariño de la amistad en una sola persona, pero por alguna curiosa razón tengo buenas personas que son una compañía pero solo una amiga, mi hermana…

Hace algunos años no era así, yo vivía rodeada de grandes personas, yo me mantenía ocupada en un círculo muy íntimo y privado, un círculo que incluía grandes celebraciones de cumpleaños o viernes de mujeres, yo vivía en una burbuja que siempre me agrado y me basto… yo tenía las amigas perfectas así que Nunca tuve la necesidad de construir lazos con otras personas, si en ellas yo tenía los valores que necesitaba, el cariño y el respeto adecuado… nunca quise ni siquiera intente considerar a nuevas personas en mi vida… simplemente yo era feliz… era aceptada, era querida, era respetada, era amada… eran mías… mis amigas…

Yo era feliz, realmente feliz… pero las cosas cambiaron, de un momento a otro me encontraba sola, abandonada, desamparada… y lo aceptaba, hasta creo que aún lo acepto, ese sería mi castigo, mi condena sería mantenerme alejada de los amores verdaderos, de las gratas compañías de amigos… prometí nunca tener amistadas, nunca tener a nadie con quien llorar, no tendría secuaces, no tendrían con quien compartir alegrías, menos tristezas, nunca mas habrían confidentes, cómplices, muchos menos testigos de los capítulos de mi vida… mis fotografías estarían solo acompañadas de familiares, ellos serían los únicos en mi vida, vida que poco sabían, ya que mis anécdotas las conocían amigas que ahora no se encontraban…

No miento que me ha costado años acostumbrarme a esto, y creo que aun no logro adaptarme… hoy medito y he llegado a entender porque por tanto tiempo guarde resentimiento, simplemente porque a alguien tenia que culpar… alguien me había quitado mis amigas, alguien sencillamente tenia que odiar, porque alguien simplemente me había roto mi burbuja y me había llevado a un mundo muy solitario y triste… y si de algo sirvió culpar a alguien fue el hecho de amar solo por un año y cinco meses, cosas que nunca creí podré lograr, ya que solo he amado dos veces, y la primera fue por tres años.

Recuerdo la conversación con Cata, la única persona que no es de mi familia y la única verdadera compañía que he tenido durante estos años, recuerdo que llorando le dije que había algo en mi que no sabia controlar y que me haría alejarme de ella aunque no quisiera, le intente explicar que mi inconsciente había formado una especie de castigo y que llevaba mas de uño alejando a personas de mi vida, le decía que yo no era una buena amiga y que nuestro comienzo de amistad ya tenia fecha de caducidad… aun así ella sigue al lado mío… y realmente me ha marcado…

Creo que fui una buena amiga por cinco años, nunca rompí y nunca romperé códigos de historias y secretos que me contaron, nunca contare capítulos e historias compartidas con ellas… simplemente he decidido guardar bellos recuerdos aunque no niego que me ha costado aceptar y olvidar otro malos… estoy satisfecha y orgullosa de lo que fui como amiga… aunque de seguro un simple ingrediente mal ocupado estropea todo el sacrificio de la preparación de una exquisita comida.

Alguien me pregunta si las cosas algún día podrían volver hacer lo que fueron antes… yo simplemente respondo que cada una conoció lo peor y lo mejor de la otra… y para bien o para mal a ninguna le gustó lo que encontró.


Llevo dos años acostumbrada hacer feliz de una forma diferente a lo que era hace tres años atrás, ni mejor ni peor, solo diferente, y por otra extraña razón… no quiero cambiar mi presente… aunque siempre extrañaré mis recuerdos de viejas amistades… lamentablemente algún día no añorare ni recordaré… aunque quisiera mantener esos recuerdos conmigo…