Ha sido un año lleno de esfuerzos y sacrificios, cerrada esta etapa, me queda agradecer principalmente a Dios por permitirme llegar a esta instancia del camino, en donde me vuelvo toda una profesional.
Agradezco todo su amor y su fidelidad y espero nunca soltarme de su mano.
A mis padres, por ser los co-autores de todo este proceso y por hacerme realidad mi sueño de estudiar Trabajo Social, una carrera que me llena de orgullo y refleja lo que tiene mi corazón, la convicción de la justicia, la igualdad, y la lucha por los derechos humanos,
A mi familia, hermanas, cuñados, tíos, primos y sobrina por darme el aliento necesario en los momentos en que toda se veía negro.
Por último, a mi novio quien lloró y rió en cada momento junto a mí y fue capaz de contenerme cuando todo iba mal. Gracias por amarme como solo tú lo puedes hacer.
Encomienda a Jehová tu camino,
y confía en él; y él hará.
Salmos 37: 5