martes, 11 de agosto de 2009

Consejos

«Sí, permanecerán juntos, aún en la silenciosa memoria de Dios.
Ámense uno al otro, pero no hagan una atadura del amor.
Dejen más bien, que haya un mar palpitante entre las playas de sus almas.
Dén el uno al otro de su pan pero no coman del mismo trozo.
Den el corazón, pero no dejen al otro que se lo guarde;
porque solamente la mano de Dios puede contener sus corazones.
Estén juntos, pero no demasiado cerca.
Porque los pilares del templo están aparte,
y las encinas y los cipreses no crecen uno a la sombra del otro.»